lunes, 3 de octubre de 2005

Un poco de la historia

Somos dos amigos, dos cómplices, dos confidentes que siguen queriendose muchísimo a pesar de ya no verse como antes. Si ella me leyera no se como lo tomaría, pero quiero poner en palabras escritas un largo episodio de mi vida y de la suya. Si, muy largo, pero breve al final. Permanente en el tiempo. Duradero en mi corazón. En mis ganas. En mis frustraciones. En mis sueños. Más bien en mis fantasías. En mis pajas. En mí y en ella. Muchos de estos eventos no le serán familiares o a lo mejor no los recordará. Hoy revivo para nosotros todo aquello que nos une pero que a la vez nos separa. En fin, ahí voy:
Recuerdo aquel mediodía. El comedor de la empresa. Sentado al lado de los mostradores de viandas, te vi: delgadita, bonita, con un vestidito creo que rosado o blanco con estampados rosados. No soy fiel para los detalles de ese tipo. Ibas sonriente como siempre. Una avispita. Alguna vez escuche a alguien decir eso de una chica para describier cuando una mujer se desenvuelve como tu, picara, inocente cual Lolita de Nabokov. No se si se escribe asi el apellido del autor del Best-seller aquel de la niña-mujer incipiente eróticamente seductora, ingenuamente angelical, sensualmente provocativa. (*)
Me causaste curiosidad. Eso fue al principio. Curiosidad solamente, no se. Pero me gustaste. Me gusto tu aspecto delgadito. Muy fino, muy delicado. ¿Frágil? ¡Que equivocado estaba en aquel momento! Sonreías a tus acompañantes en la larga fila de comensales esperando turno. Te seguí con la mirada hasta tu mesa. Estuve atento a ti durante esa media hora. ¿ó más? Conversabas animadamente con tu amigo, un compañero de trabajo, del cual supe después, al cabo del tiempo, que tuviste sexo con él. No se por cuanto tiempo en verdad me quede mirándote, solo se que ignorábamos que ibas a ser en mi historia una de las protagonistas, alguien que en cada capitulo de mi breve-larga historia tuviera tanta influencia. De eso hoy hacen más o menos unos cuantos años. A ver: tu hijita mayor tiene 13 años ¿o serán 14? No lo tengo muy claro, pero si, mas o menos han transcurrido casi quince años de aquel mediodía. Luego te vi en los pasillos de la planta baja. Una y otra vez. Siempre acompañada. Una vez te lo dije, que me llamaba la atención el que siempre estuvieras bien acompañada, esa fue la expresión que utilice y a ti, creo, te causo gracia. Preguntaste con insistencia que quería decir yo con bien acompañada. Y balbucee algo asi como que siempre te acompañaban aquellos hombres que según mi medidor de conquista pudieran considerarse galanes, como les llamábamos los envidiosos. Creo que eso fue lo que te dije. Te reíste. Para mi fue una risa como de burla. Pero no se porque razón desconocida, ahí comenzamos a tratarnos. Eso fue durante aquel viaje al cual nos había enviado la compañía. Veníamos en el avión de regreso. Yo estaba bastante tomado. Yo diria que casi embriagado. Pero toda mi atención estaba en ti. Parado en medio del pasillo te filmaba y tú coqueteabas con el lente. Ese lente que había sido mi testigo ocular de ti, de tu sonrisa, que me encanta, que siempre me ha cautivado, que me tranquiliza, que me enamora, que me da calma, que me hace sentirme agradecido, feliz y en paz. Con aquella camarita te había estado grabando en los paseos, sobre todo los de la playa, con y sin tu consentimiento en esos días. Conservo la cinta guardando tu rostro, tus pechitos de aquel entonces, tus nalgas, tu cuerpecito delgado, frágil, tierno, hermoso, que siempre me ha gustado mucho, con la excepción de tus piernas. No me refiero a tus piernas todas, los muslos me encantan, pero tus batatas no me parecen armoniosas. Lo mismo me pasa con tus dedos pulgares. Pero ¿sabes que?, a la vez me gustan. No me gustan por unas cosas, pero me gustan por otras razones. No se, quizás porque son tuyos y nadie mas los tiene o porque como todo lo demás me encanta, me fascina, me deleita, esa parte de tus piernas o esos pulgares desarmoniosos no me importan. Solo forman parte de ti y los amo. Como te amo a ti. De aquel viaje, recuerdo la playa adonde fuimos con aquel grupo tan poco ortodoxo. Esa playa en la cual muchos años antes había perdido mi virginidad, no literalmente, sino mi virginidad ante el amor, hacía años. Cuando ni siquiera soñaba con esta edad que tengo. Cuando ni siquiera pensaba que te conocería años en el futuro. Allí iba, con la que fue más tarde mi esposa, a besarnos, a meternos mano, a restregar mi pene erecto contra su ropa y a eyacular dentro de mis interiores, mientras la arena nos quedaba regada por los intersticios de los tejidos tanto textiles como tisulares. Esa es otra historia.
Volviendo a la oportunidad que compartí contigo en esa playa, sentía celos o envidia porque me pareció que estabas pendiente de alguien mas ahí, pero afortunadamente para mi, no se si para ti, él estaba interesado en otra compañera, con la cual hasta donde sé, hace vida de pareja hoy día. No me hagas caso sobre este comentario, pero sentí que de repente comenzaste como a prestarme atención. No se si tu amiga, la que fue contigo, influyó para ello, pero comenzaste como a abrirme la puerta para establecer unas conversaciones, unas más otras menos, pero si, pude acaparar tu atención por momentos. A pesar de que no me interesabas como mujer en el sentido de levantarte o de conquistarte con mis pláticas. Creo.
Me explico: claro que me gustaste, pero intuía muy pocas posibilidades que te fijaras en mi. A conciencia. ¿Por qué? ¿Por tu juventud? O por qué siempre he tenido esta maldita actitud de creer que alguien no es para mí. Y aún hoy siento que nunca te merecí. Sigamos: Además ya yo tenía pareja. Y tenía tu edad. Pero, ya va, espera un momento. Ahora que lo digo: mi pareja tenía más o menos tu edad. ¿Entonces porque no podías interesarme? Hasta hoy no se exactamente cual es la respuesta. Bueno, también es que para aquel momento, reincidir con otra jovencita ya era una exageración. Si mi pareja en ese momento era una jovencita, no debería darme el lujo de tratar de llegar a tu corazón. Además tu no te ibas a fijar en un carajo como de mi edad. Es decir nunca pensé que tu te fueras a fijar en mi, en conclusión. Un peo, pues. Pero como las cosas no se planifican. De aquel viaje quedo la amistad, pensaba yo. Nada que ver, como dicen ahora de que te fijaras en ninguna intención mía de relacionarme mas allá, contigo. Pero ahora recuerdo que en nuestras conversaciones durante el viaje de regreso a la capital te comente que llevaba una relación bastante abierta con mi chica y que nos considerábamos una pareja liberal. Esa fué la segunda ocasión en la que tus ojos se abrieron con inusitada curiosidad enmarcados en esa sonrisa que pones cuando uno habla de "eso" y preguntaste a boca de jarro: ¿Qué quieres decir con que son una pareja liberal? ¿Como es eso? En aquel instante no considere prudente decirte que mi compañera y yo fantaseábamos con sexo en grupo. Que teníamos una amiga común que era nuestra cómplice. Que antes de viajar contigo yo, noches antes, yo había tenido sexo con las dos en mi cama. Que jugábamos a excitarnos dejándonos ver desnudos en el balcón de nuestro apartamento. Que hacíamos el amor con la ventana abierta para excitar a nuestro vecino y que de todo corazón me hubiera gustado pedirte compartir la cama con nosotros. Que me hubiera gustado invitarte a casa, a desnudarte junto con ella y verlas tocarse, acariciarse, jugar con los vibradores que le había regalado. Ese era el momento adecuado. Más no lo sabia. entonces.Pero dije cualquier cosa, tratando de escapar de mi indiscreción. Ahora que reviso aquello y me doy cuenta que esa rápidamente evadida confesión (¿o velada invitación?) no pasó desapercibida para ti. Y estando en mi casa en tu primera visita, tocaste mi trasero y te pegaste a mi, como diciéndome algo que ahora quiero entender como un mensaje premonitorio al relato que estoy tratando de narrar con no con pocas dificultades obvias. Fue algo que paso muy rápido y si no fue intencional, sino un inocente gesto de tu parte, no importa, pero ahí comenzó de verdad verdad, todo. (Continuará)

(*)http://www.google.co.ve/search?hl=es&q=Lolita+de+Nabokov&btnG=B%C3%BAsqueda&meta=lr%3Dlang_es