Todo el mundo está intentando competir; y en esta competición y en esta carrera egoísta y ambiciosa se destruye todo lo bello. Se destruye toda una vida maravillosa que podía haber florecido y ser una cima de existencia: como Buda, como Jesús, como Krishna. Pero cada uno le está pidiendo a los demás, le está rogando: ¡Dame tu aprobación! Di algo que me haga sentir bien. De ahí que los halagos funcionen. Por tanto, cualquiera te puede engañar sólo con adularte...
-OSHO