domingo, 23 de octubre de 2005

Como buenos amigos

José Antonio Blanco*
Hablemos de mi cuerpo, animal inocente que despierta encogido de frío entre las sábanas.
Lo trato mal, le instigo a horrendas vejaciones, a suplicios sin fin
-como el de andar de noche por las calles o convivir conmigo todo el año-
aunque a veces lo cuido como a un niño y le entrego mi amor y caramelos
-golosina sutil la de mis manos-.
Le quiero. Juntos descubrimos los secretos placeres de otros cuerpos.
Degustados despacio en la penumbra y constatamos juntos -yo muy triste-

que él disfrutaba más -¡el muy canalla!-.
Le he dado de comer y lo he vestido, lo he atado a las costumbres y al decoro,
y sin embargo a veces me traiciona y se arrastra, de noche, hacia otros muslos.
Yo me dejo llevar, no opongo empeño. El se siente feliz. Gozamos juntos
.

*José Antonio Blanco (Baracaldo, 1961). Ha publicado dos libros de poesía Dermatológicas y otros poemas (Pamiela, Pamplona, 1986), y Thriller (Laida, Bilbao, 1990).