viernes, 9 de junio de 2006

Album de Familia Ricardo Peña


"Ricardo Peña"
Ricardo PeñaApuntándose con el lenteConversar con Ricardo Peña puede ser toda una experiencia, por momentos, inesperada o desconcertante, pero siempre grata. Aún no llega a los treinta años, pero es mucho -quizás demasiado- lo que tiene que decir sobre el arte de tomar fotos.Comencemos hablando de su trabajo más conocido: Álbum de familia, un trabajo íntimo e inusual por el que ganó el Tercer Premio en la Quinta Bienal de Fotografía del Municipio Girardot Estado Aragua en 2005. "Hay fotos que son así, encuadro y punto, sin decirles qué hacer; hay otras en las que sí les digo, pero nunca aclaro cuando hago esto o aquello".Aunque fue el año pasado que salió a la luz pública, Peña comenzó a armar este álbum hace unos seis años cuando nació su hijo Sebastián. Al principio él y su esposa Adriana eran los protagonistas, y luego se les unió Laura, su segunda hija. "Me di cuenta de que era un trabajo que tenía una riqueza bien particular, la manera como esas imágenes se construyen hacen referencia a una memoria colectiva". Su trabajo personal siempre es análogo, sólo ha usado lo digital en trabajos comerciales -sociales, bodas, bautizos y algo de fotografía publicitaria-. "La textura, la manera como la película graba, la visión del lente da una sensación que lo digital no me da. Me gustan los procesos tradicionales y antiguos, especialmente uno del siglo XIX: el platino y paladio". Peña reflexiona acerca de los problemas de la fotografía: "Cuando uno muestra imágenes de otras personas tiene que saber por qué lo está haciendo y qué está buscando, si es la gloria propia o ayudar a esas personas. Cada vez somos más insensibles: decimos pobre niño pobre, pero no lo relacionamos con nosotros. Es ahí cuando entra el porqué apuntarse la cámara a sí mismo, uno también tiene una historia que contar"."La historia de uno la debe echar uno mismo, la historia de los barrios en Venezuela la debería contar la gente de esos barrios. Hay un libro maravilloso que se llama Retratos de la Ceibita, de Carlos Germán Rojas, que trata la vida íntima de ese lugar. Se nota que son seres humanos con sentimientos y no solo están definidos por la pobreza". Entonces le pregunto que cuál sería la mejor forma de contar una historia ajena. Piensa antes de responder. "Lo primero es entender lo vulnerable que uno es ante el mundo, nunca sentirte por encima del otro. Lo demás es un proceso de conocer, vivir con esas personas, no inferir, dejar que sean ellos quienes lo muestren".El profesor Peña"Antes de saber que quería ser fotógrafo, antes de saber que quería ser cualquier cosa, sabía que quería ser profesor". Esta idea entró en su cabeza cuando estaba en segundo año de bachillerato y escuchó las palabras de una profesora durante la graduación de su hermano. Entonces se dijo: "algún día yo quiero motivar a un grupo de gente". Pero primero tuvo que resolver algunos asuntos.Ricardo comenzó a estudiar Letras en la Universidad Católica Andrés Bello y, paralelamente, era asistente de su hermano, Luis Peña, quien se dedicaba a la fotografía. Por esa razón entró en contacto con el fotógrafo Roberto Mata. Al tiempo de conocerlo, "muy perceptiva y persuasivamente", Mata lo convence de hacer un nivel 1 de fotografía. Luego vendría el nivel 2, el 2.5, Documentalismo, Iluminación y otro y otro y otro... Cada vez era más fotografía y menos letras. Decidió dejar la carrera.Salió la oportunidad de estudiar en Estados Unidos, primero en Rockport College y The Photographic Workshops en Maine, luego consiguió una beca en el Art Institute de Boston. Cuando terminó de la carrera, decidió volver. Lo primero que hizo al llegar fue dar el curso Retrato de familia en el Taller de Fotografía de Roberto Mata. Ya tiene dos años allí y considera que la experiencia ha sido lo mejor del mundo: "Si Laura Morales Balza me nombró como una de sus influencias al realizar ese trabajo tan exquisito que está exponiendo -Yo soy Simón-, creo que mis expectativas con la docencia están cubiertas".Al hablar de sus planes futuros es reservado, no le gusta dar detalles: "Tengo varios proyectos. Hay uno que va dentro de la tradición realista y quiero acompañarlo con textos personales". También está preparando Insignificancia: "unas fotos no tienen nada que ver con nada, las tomo porque me da la gana". Su otro proyecto es una serie de postales críticas, pero aún le falta. "Me encanta darle largas a los asuntos, me gusta trabajar lento".Cuestionario Santa Palabra-Un formato: Placas.-Una imagen: Una fotografía de Martín Chambí en la que aparece una familia sentada encima de una montaña en los Andes peruanos.-Un aroma: En pan caliente en la mañana... ¡Exquisito!-Un sonido: La voz de mi sobrino Vicente. La empiezo a escuchar e inmediatamente me tranquiliza, me saca una sonrisa y le digo que lo quiero mucho.-Un recuerdo de infancia: Ver las revistas pornográficas de mi tío Julio cuando tenía como cinco años.-Un lugar: Yutajé, en el Amazonas.-¿Qué te falta por hacer? Publicar un libro, sembrar un árbol, ver a mis hijos crecer, viajar. Demasiadas cosas...-Una fotografía memorable: Almenisa, una serie de fotografías de Rinke Dijkstra sobre una refugiada Bosnia en Holanda. Es brutal. -¿De qué color es el futuro? No lo veo de algún color, no me gusta pensar en el futuro.Mílitza ZúpanSanta Palabra